La presente página, sin pretender recoger la historia de la Abadía de Párraces, aborda la repercusión que ésta tuvo en la historia de Cobos de Segovia. He contado con la colaboración de María Teresa Llorente Fernández, natural de Valverde del Majano y actual vecina de Cobos, quien es máxima autoridad en lo referente a la historia de la Abadía y de todo su entorno. Como puede apreciarse, su colaboración se extiende, más allá de la presente página, a toda nuestra web.

¡Gracias María Teresa!

Para mayor comodidad, puede ir directamente a los temas a continuación se detallan, o bien a "Enlaces" dónde se puede encontrar las direcciones de algunos de los pueblos aquí enunciados.

 

Mª Teresa Llorente.

"Estudios Segovianos" Historia de la Abadía Fray Bartolome Prieto Los Pleitos Libro Alvar Ezquerra Monjes de Cobos
  • La Abadía de Párraces ejerce una influencia real  en la historia de Cobos de Segovia, desde

     el siglo XII (1186) al siglo XIX (1837) .

  • En el siglo XVI (1576), después de larga lucha, "los de Cobos" dejan de ser parroquianos de la "Abadía"

    y ya pueden tener misa en su antiguo hospital y administrar los sacramentos.

  • La jurisdicción  eclesiástica la ejerce el obispo de Segovia hasta 1437, y la Abadía, hasta 1837.

 
Los primeros datos de la zona se remontan a 1088, año de la repoblación de la zona del "Duero", fecha en la que aparece Segovia como centro administrativo, y aglutinador de diversas zonas geográficas, tras la retirada morisca de esta zona.
Los orígenes y la historia de Cobos durante los siguientes setecientos años están estrechamente unidos a los de Párraces . Durante ellos, la Abadía ejerció  jurisdicción eclesiástica sobre siete pueblos: Marugán, Bercial, Muñopedro, Cobos, Etreros, Sangarcía y Aldeavieja,  este último perteneciente hoy a la provincia de Avila. La zona de influencia era la  delimitada entre los ríos Voltoya y Eresma, dentro del extenso territorio segoviano que lo cierran la capital, Martín Muñoz de las Posadas, Villacastín y El Espinar. Su denominación era: "Abadía de Santa María Real de Párraces".

Vista actual de Párraces.

¿Cómo se formó la Abadía? Sus inicios son bastante oscuros. Párraces fue también una aldea de Segovia y perteneció a un caballero llamado Blasco Galindo y a su esposa Doña Catalina de Guzmán. Al no tener descendencia, dejaron sus bienes a la Iglesia de Segovia, cuyos canónigos seguían la regla de San Agustín. ¿En que fecha se produce la donación? Aunque un monje jerónimo nos da la fecha de 901, no es aceptable por razones históricas, siendo más acertado decir que ocurrió a finales del siglo XI o a comienzos del XII. Tampoco sabemos con exactitud cuándo un grupo de canónigos decide abandonar la regla, mientras otro quiere seguir observándola. Estos últimos, dirigidos por el maestro Navarro, solicitan un lugar apartado donde retirarse y vivir en comunidad, y se les entrega Párraces. Al parecer, en esa primera etapa, la comunidad estaba integrada por un Abad, doce canónigos y dieciséis racioneros.

 ¿Existen ya las aldeas citadas? El monje jerónimo, en 1646, nos dice que se van formando por comodidad de los campesinos, quienes debían trasladarse a gran distancia para cultivar sus campos. A pesar de esta disgregación, los habitantes de las aldeas seguirán siendo parroquianos de la Iglesia de Párraces y, por tanto, estarán obligados a asistir a ella a oír misa y a recibir los sacramentos. El Papa Eugenio III confirma en una bula a Ranulfo, Abad de Párraces, los bienes y posesiones adquiridos y los que adquirirán en adelante, y concede que en los términos de dicho Monasterio no se pueda edificar ninguna Iglesia sin licencia del Abad y del Convento (A.G.P.Leg. 1680).

¿Hasta cuando serán, pues, "parroquianos"? El mismo monje jerónimo escribe en 1646, que el trabajo de los religiosos era intenso porque tenían no sólo que recibir a sus parroquianos en la Abadía, decirles misa y administrarles los sacramentos, también debían acudir a la llamada de los enfermos en sus últimos momentos a las correspondientes casas.

Entrada y patio interior.

Tras los muchos ruegos de los vecinos, llegaron a un "acuerdo o concordia" con los de Párraces. ¿Cuándo se firma la Concordia? No hay fechas concretas por haberse perdido los documentos (tal vez en el fuego de 1604); debió hacerse durante el siglo XVI antes de incorporarse a El Escorial, pues el único que lo consigue con posterioridad es Bernuy.

En el caso de Cobos, no se llega a esa Concordia porque sus vecinos lo consiguen de forma violenta tras numerosos juicios con la Abadía: primero para poder tener la misa en su antiguo hospital, después para poder administrar los sacramentos, etc.. A partir de la "concordia", los de Cobos dejan de ser parroquianos, aunque reconociendo que la Iglesia de Párraces es la principal y algunos días al año deben asistir a los oficios, misas, y otros actos litúrgicos. Se seguirán pagando los diezmos, como se venía haciendo desde el principio a Párraces y se hará hasta 1837. La jurisdicción eclesiástica la ejercerá el Obispo de Segovia hasta 1463, a partir de esa fecha la tendrá la Abadía hasta 1837.

Siguiendo con la exposición, en el año 1148 se realiza la confirmación de la donación que el Obispo y el Cabildo de Segovia hicieron al Maestro Navarro, primer Abad de Párraces, y ahora la reafirman y además les hacen la donación de la "tercia" (tercera parte de los diezmos) que anteriormente se percibía, como señal de sujeción y obediencia a la Iglesia de Segovia. A partir de esta fecha, sólo estarán obligados al pago de un censo anual consistente en seis arrobas de aceite, cuatro carneros, dos cerdos, cuarenta gallinas....(Leg. 1680 A.G.P.) ¿Por qué se sigue cobrando a Párraces esto por el Obispo y los canónigos? Para que sigan reconociendo su dependencia.

Arco que da entrada al claustro del "Patio del Aljibe"

La primera vez que se menciona a los siete pueblos de la Abadía, con los correspondientes nombres, es en 1168 en una confirmación otorgada por el Arzobispo de Toledo, Don Celebruno, al Monasterio de Párraces de las donaciones hechas por el Obispo y canónigos de la Catedral de Segovia, de las Iglesias de San Isidoro, San Cristóbal del Caloco, Santa Eufemiade Auter Redondo, San Martín de Faiolas, San Miguel del Munio Peydrez con sus aldeas Montenigro, Sanctio Alvaro, Lavajos, Munio y Chavente, y aldeas en que la Iglesia de Párraces "Gratia Participandi divini ministeri confluunt": Hetreros, Sangarcía, Cobos, Bercial, Lomielo, Jimenagorda, Sanchinegro, Castellana, Muniomer, Cabanelas, Cozcorita, Bernuy y Montejo. (A.G.P. Legado 1680).

De forma conjunta vuelve a aparecer el nombre de Cobos en varias ocasiones más tarde: tanto en bulas papales, por las que se siguen concediendo a los canónigos nuevos privilegios, como de los reyes castellanos, entre ellos Alfonso VIII, Fernando III, Alfonso X, Sancho IV... hasta llegar la reina Doña Juana; todos ellos confirman los privilegios de sus antecesores. Entre los beneficios obtenidos de ellos podemos señalar la exención del portazgo en el traslado de los rebaños de Párraces a cualquier lugar, considerándose a estos rebaños, como a los reales, exención del deber de yantares, tener cuarenta y cuatro renteros escusados de pecho, etc.

Por separado, el primer pueblo en figurar es Muñopedro en 1260, y se hace en una carta de venta entre particulares: Fernando Pérez, portero del rey, Martín Maculas y Pedro Benito.

Bercial aparece nombrado en otra carta de venta el 29 de septiembre de 1330, en que la Abadía compra unas tierras en ese término. Le sigue Marugán en otra carta de venta de 1387, en la que los canónigos son también los beneficiarios. Etreros el 31 de diciembre de 1412 en otra escritura de permuta de unas tierras, en la que también participa la Abadía; Sangarcía, el 2 de Septiembre de 1420 en otra carta de venta de una casa siendo el comprador, una vez más, la Abadía.

¿Y Cobos? Cobos figura separadamente, por primera vez, el 14 de Octubre de 1399, y es en relación con una escritura de donación y hermandad otorgada por Doña Juana, viuda de Bartolomé Sánchez, al Monasterio de Santa María de Párraces, de unas casas que tenía en Cobos y para que la reciban por hermana de dicho convento y goce de los divinos oficios (A.G.P. 1967).- "A.G.P.=Archivo General Parroquial".

Durante los siglos XIV y XV las donaciones y las compras de la propiedades (tierras y casas) fueron muy grandes, hasta el punto de llegar a ser esta Abadía uno de los Señoríos de Abadengo más poderosos de Castilla.

La fama de rectitud y honestidad de los canónigos fue decisiva para que en el año 1410 se incorporase la Sinagoga Judía (hoy Iglesia del Corpus de Segovia), tras el milagro ocurrido con la Sagrada Forma. También el 12 de octubre de 1422 se les concedió, a causa de la relajación de las monjas que lo habitaban, el Convento de San Pedro de las Dueñas (Monterrubio).

PARRACES-CARLOS I-FELIPE II-JUAN DE ASUTRIA-EL QUIJOTE. 

El prestigio de la Abadía de Párraces sobrepasaba la provincia de Segovia, de no ser así no habría pasado por ella el Emperador Carlos V, concretamente el 8 de Noviembre de 1524,  procedente de Arévalo hizo escala, cenó y pernocto saliendo al día siguiente para EL Espinar, camino de Madrid. (Información obtenida del libro: "El Escorial en Segovia y Segovia en El Escorial" de Cristina García Oviedo)

Así mismo, Felipe II visitó la Abadía de Párraces en varias ocasiones, una de ellas en 1592, en la conocida "Jornada de Tarazona", dónde iban a reunirse las Cortes Aragonesas. El 13 de junto de ese año, el Rey durmió en Abades, y al día siguiente, domingo, se acercó a Párraces donde pasó todo el días. Dos días después llegó a Martín Muñoz de las Posadas. (Información recopilada  por Enrique Cock en: "Jornada de Tarazona hecha por Felipe II en 1592 pasando por Segovia, Valladolid, Palencia, Burgos, Logroño, Pamplona y Tudela"  Madrid 1879 - Pág.-23.)
También descanso en Párraces el cuerpo de D. Juan de Austria. El hermano del Rey murió en Octubre de 1578 en Flandes de fiebres tifoideas, y sabiendo que era su deseo ser enterrado junto a su padre, el Emperador Carlos I, se ordena a D. Gabriel Niño, Maestre de Campo de Flandes, que trajera el cuerpo de D. Juan a El Escorial, recibiendo instrucciones de que hasta llegar a Párraces todo fuera en secreto y sin pomas; y así se hizo. Después, desde la Abadía hasta El Escorial fue llevado con todos los honores, llegando a San Lorenzo el 24 de Mayo de 1579. (Información obtenida del libro de Parreño con el titulo "Historia del Serenísimo Señor Don Juan de Austria" Madrid -1899 - Capitulo 27 - Pág.: 293)
En el capitulo XIX de la 1ª parte del Quijote, Cervantes describe, como yendo caballero y escudero, hambrientos, en noche oscura, vieron que aparecían un gran número de lumbres que asustaron a Sancho, e hicieron pensar a D. Quijote en una nueva aventura. Pero tal visión no era otra cosa, que un cortejo fúnebre que algunos han relacionado con el traslado de los restos de San Juan de la Cruz  o de D. Juan de Austria. Ambos fueron traídos a Segovia, San Juan sacado furtivamente de Úbeda por deseo de Ana de Mercado Peñalosa y D. Juan por indicación de Felipe II, en ambos casos de incógnito y a escondidas. Nuestra opinión, tomando la fecha de los dos hechos, 1579 Y 1593, siendo la primera edición del Quijote en 1605, que los hechos a que hace referencia el capitulo XIX sea, el correspondiente al traslado de S. Juan de la Cruz.
Martínez Moro escribe: "en los términos del ámbito de Párraces la titularidad de la tierra se repartía entre la Abadía y la Catedral de Segovia". Este proceso de concentración de la tierra de la campiña segoviana en manos de la nobleza y del clero llega a ser preocupante, según señala García Sanz, porque a veces llegan a convertirse en "cotos redondos" antiguas aldeas y la Abadía de Párraces contribuyó a ello. Hay muchos despoblados en los dominios de los canónigos: Bernuy, Chavante, Montalvo, Modúa, Sancheznar, Peromingo... Estos "cotos redondos" o caseríos los seguirán cultivando los campesinos de las aldeas vecinas.
 
Tantos bienes adquiridos o donados influyeron en los canónigos, quienes se fueron relajando en sus votos de castidad, pobreza y obediencia. La ambición llegó a sus corazones -lo mismo que otros muchos pecados- y se inclinaron hacia una vida más cómoda, "más holgada y regalona", como nos dice Conrado Montenegro. Entonces se inició la caída que advertimos, primero, en la división que hacen de los bienes de la Abadía ( la parte mejor para el Abad, que en estos años vivía la mayor parte del tiempo fuera), otra para los canónigos y racioneros, y la última y menor , para la fábrica.  En segundo lugar, en la elección del Abad, cuya responsabilidad recaía antes en los canónigos -según privilegio dado al Abad del Monasterio de Párraces, Ranulfo, por el Papa Adriano IV el 21 de agosto de 1156-.

Felipe II y el Monasterio de El Escorial, que tanta influencia tuvieron en "La Abadía".

En 1453, la elección tuvo que hacerla el Obispo de Segovia debido a la fuerte rivalidad entre los canónigos de la Abadía. En 1456 la facultad de nombrar abad pasa a ser una prerrogativa de la Santa Sede: por privilegio real, los monarcas presentaban a la persona que se consideraba más idónea y el Papa  la nombraba. A partir de ahora, el cargo no va a recaer en la persona más conveniente para Párraces, sino en miembros de la nobleza o en las más altas dignidades de la Iglesia, como por ejemplo Don Bartolomé de la Cueva, hijo del Duque de Albuquerque. Estos apenas viven, desde ahora, en la Abadía, nombran a otro que desempeñe su trabajo y que les cobre sus rentas.

Las distancias entre el Obispo de Segovia y los agustinos se fueron agrandando con el paso del tiempo, y los pleitos entre ambos serán muy frecuentes, especialmente por motivo de los diezmos que el obispo no se resigna a perder. Como los nuevos abades tienen tanta influencia en Corte y en la Santa Sede, en 1463 Párraces consigue que sus dominios queden libres de la jurisdicción del Obispo de Segovia y que desde ese momento se pase a depender en lo eclesiástico del abad, y esto continuará hasta la desamortización de Mendizábal en 1837.

Párraces no sólo va a mantener juicios contra el Obispado y el cabildo, los tendrá también con la Comunidad de la Ciudad y Tierra, con los pueblos sobre los que ejerce su dominio, con los particulares, y llega a mantener uno en 1650, un tanto extraño, como es "el de la langosta", que se explica más tarde.

Cobos, entre los siete pueblos, fue el más conflictivo: en el tomo XIII de Estudios Segovianos podemos leer que nos dice el Padre Jerónimo "los vecinos de este lugar tuvieron siempre grandes pleitos, así con los canónigos, como también después los han tenido con los de esta casa de San Lorenzo". También nos dice: "cansados los canónigos de Párraces de tantos pleitos e inquietudes acordaron concederles lo que pedían con tanta insistencia".

Detalle de la construcción y los arcos del "Patio del Aljibe"

Para poder costear estos gastos judiciales, los vecinos de Cobos recurren a todo. El día de San Roque, en 1624, varios vecinos, ante la necesidad de reunir dinero para pagar los juicios por "la colocación del monumento", levantaron un altar en la plaza y, en lugar del capellán, uno de ellos con insignias eclesiásticas y paño blanco en la mano daba a besar una cruz y los asistentes iban entregando la limosna, escandalizando, dicen los monjes, a los lugareños y forasteros al ver cómo los laicos asumían las funciones de los eclesiásticos. A los de Párraces además les molestaba que recogieran más de 1.600 reales que servirían para seguir pleiteando, pues, la iglesia, dicen ellos, en ese momento no los necesitaba. Estas palabras nos llevan a pensar que los de Cobos ya habían saldado las deudas que por valor de 12.000 reales, en el año 1606, reclamaban la viuda de Diego Matienzo, Doña Ana de Tolosa y Don Diego Sisniega, yerno y colaborador de aquel en la obra de la Capilla Mayor iniciada, como figura en el sillar del muro de cabecera: "siendo mayordomo Pablo Sanz en 1587".
 
Al quedar vacante el cargo de Abad, tras la muerte del Cardenal de la Cueva en 1562, Felipe II aprovechó la circunstancia para "transferir aquella casa y sus canónigos a Madrid para hacerla colegial", según nos dice el P.Sigüenza. A pesar de la aprobación papal, el rey cambió de opinión y creyó más conveniente primero averiguar la riqueza de la Abadía, enviando a personas de su confianza como Don Jerónimo de Zapata, arcediano de Madrid, para que le informase. Tras revisar los libros y preguntar a todos, emitieron su informe en el que comunicaban al rey que los bienes ascendían a 2.461.245.437 maravedíes. S.M. Felipe II pidió entonces su anexión al Escorial, cosa que fue aprobada por el Papa Pío V, así serviría de base económica al gran monasterio que se había empezado a levantar y donde el rey quería que de noche y de día se rezase por su alma y la de los suyos. Se tomó posesión de la misma  en Enero de 1567, en nombre del Monasterio el Licenciado Rosales de Pernia y Fray Juan del Espinar. La incorporación alegró a los jerónimos como puede leerse en la obra del P.Sigüenza: "Una de las mejores cosas que el pío y santo fundador (se refiere a Felipe II) dio a esta casa, sin que su hacienda pusiese nada, fue la Abadía y Casa de Nuestra Sra. Sta. Santa María de Párraces". No obstante, el mismo padre nos indica que el beneficio fue mutuo, pues al establecerse allí el Colegio o Seminario también se beneficiaron los vecinos de los pueblos sobre los que se ejercían el dominio y los pueblos de la comarca. Subió el nivel cultural: muchos de los muchachos llegaron a ser religiosos y hombres sabios. Igualmente los jerónimos incrementaron las limosnas y se mejoró el estado de la Abadía, pero, a pesar de todo esto por lo que tenían que estar agradecidos, nos dice:"no podemos tener contenta a aquella gente ingrata, diciendo que les traemos aquí la hacienda y el trigo, como si estuviera más cerca de Madrid, adonde si el primer asiento que daban los canónigos se ejecutara, se había de llevar no sólo el trigo, más toda la casa, y no quedar allí sino una pobre ermita derribada".

Detalle de la puerta de la Iglesia

"Patio del Aljibe"(Plateresco de 1560)

Cuando se refiere a Párraces, donde residió un tiempo, nos dice: "El sitio de esta casa, porque no digamos todo, es inclemente, frigidísimo el invierno, de extremado calor en verano, propiedad de malos aposentos, naturalmente melancólico, sin una fuente y los pozos muy hondos. Más los que se retiraron del mundo para morir a él y vivir a Cristo no temen esto, antes se alegran, porque acelera el curso para llegar a la "patria deseada".
El rey, en principio, da libertad a los agustinos para que el que lo desee se quede o se marche. Uno de estos agustinos era Fray Bartolomé Prieto, natural de Cobos y al que hemos dedicado un apartado especial en la página de: Curiosidades.
En la  Abadía, una vez incorporada a El Escorial, se establece, hasta que se cree en este monasterio un lugar idóneo, un colegio y seminario que tendrá vida desde 1567 a 1575. Para la formación de los seminaristas, Felipe II dispuso que se enviasen allí tres catedráticos para 24 alumnos, 12 que estudiarían Teología y los otros 12 estudiarían Arte. También dispuso que se crease en Párraces un Colegio de Gramática en el que se formasen otros 24 muchachos, de doce o más años, dotándolo de dos maestros.
 

Felipe II, comprendiendo que había abusado de los habitantes de los siete pueblos, quiso resarcirlos por la expropiación de los frutos y rentas que había llevado a cabo con algunos privilegios, como la exención del alojamiento de tropas de toda clase de huéspedes, a excepción de las personas reales.

En 1575, al trasladar el Seminario a El Escorial, se reúnen en El Pardo,  el 7 de agosto, algunos jerónimos con el Rey para determinar qué hacer con Párraces y dar a los que allí residan unas ordenanzas por las que regirse. Estas ordenanzas fueron:

Torre de la Iglesia

  • Que en dicha casa estén y residan 9 religiosos y un vicario, pudiendo llegar a 12 el número de los primero, siendo los necesarios para cumplir las obligaciones de aquella casa.
  • Además de los religiosos habría en esta casa un portero seglar, un donado o mozo que ayude a misa o donde se necesitase, pudiendo ocupar este puesto los que acabasen de estudiar en el Seminario. Habrá un carretero, dos mozos de espuelas, un cocinero y un hortelano. Tendrán dos mulas, una para el Procurador de San Lorenzo, que residirá en Párraces, y otra para el religioso que saliera a predicar.
  • Los religiosos y el vicario dependerán del Prior de San Lorenzo, como los que habitan en este Monasterio sin existir ninguna diferencia.
  • Que se tendrá en cuenta de enviar a Párraces a algunos religiosos ancianos y enfermos de los que se piense que puedan encontrarse aquí mejor. Igualmente algunos religiosos que, habiendo acabado sus estudios, se puedan ejercitar en el oficio de predicadores haciéndolo por los lugares de la Abadía, y por lo menos sean dos los predicadores.
  • Que habrá de residir con los religiosos de Párraces un Procurador de la casa de San Lorenzo que se encargará de la cobranza y administración de la hacienda de dicha Abadía y de dar cuenta de ello al Prior de S. Lorenzo, para lo cual se le dará todo lo que necesite.
  • Como el trabajo de ese procurador es mucho, será ayudado por un segundo procurador sacado de entre los religiosos de Párraces, nombrado por el Prior. El primer procurador, de residir aquí, no estará sujeto al Vicario en lo que respecta a la administración o cobranza, pero sí en lo demás.
  • El Vicario tendrá jurisdicción espiritual sobre los religiosos que residan en Párraces, y también jurisdicción eclesiástica sobre los pueblos de la Abadía. Y así encargan al Prior que procure que el dicho Vicario sea persona cualificada.
  • Los religiosos y el Vicario serán tratados igual que a los de El Escorial. Cuando los Visitadores Generales vayan en visita a esa casa, Vicaría de Párraces se tendrá allí lo menos posible, y que se halle allí siempre, durante la visita, el Prior de San Lorenzo.
  • Si el Vicario va a El Escorial será tratado como cualquier otro, sin preferencias en el coro, refectorio, etc., y en su ausencia el Prior de S. Lorenzo nombrará un subvicario.
  • Si estuviese vacante el cargo de Prior y se celebraran elecciones para cubrir el puesto, el Vicario enviará a los religiosos con voto, pero él permanecerá en el puesto, por su mucho trabajo y porque se entiende que al aceptar la vicaria ha renunciado a su voto, en sustitución de los que se han ido a El Escorial, vendrán otros de allí mientras dure la elección.
  • El Vicario y los religiosos estarán obligados a cumplir todos los aniversarios, cargas y obligaciones que heredaron del abad y canónigos, incluso con mayor cuidado que lo venían haciendo estos.
  • Los religiosos deberán decir diariamente una misa por el convento de S.Lorenzo, por la Abadía y pueblos de ella, así como los demás oficios.
  • Los lunes de cada semana harán una procesión, por el claustro, por los difuntos.
  • Se manda que los curas de los pueblos de la Abadía acudan a Párraces por lo menos una vez al año para que sigan las costumbres de San Lorenzo.
 

Artesonado de la capilla (Mudéjar del Siglo XVI)

"Santa María de Párraces"

Imagen del siglo XII en madera de unos 12 cm., que actualmente pertenece a Bercial. En la parte inferior tiene una hendidura para poder colocar en el arzón o montura de los caballos.

Estas ordenanzas aparecen firmadas por Antonio Gracían. Fray Juan Juste -Prior del Monasterio de S. Bartolomé de Lupiana el Real y General de la Orden de S. Jerónimo- habiendo visto las ordenanzas que por orden de Felipe II se habían dado a Párraces, las da el visto bueno, firmándolas y sellándolas.
En 1576 se añaden otras normas:
  • Se entregará en Párraces la misma limosna que en tiempo de los canónigos: 200 fanegas de trigo y otras 200 de centeno, y además de 15.000 maravedíes, que es una costumbre nueva de los jerónimos, los repartirán por los lugares de la Abadía y a la puerta del Monasterio.
  • Se dará hospitalidad a los pobres transeúntes y para ello se proveerá al hospital de lo que necesite.
  • No podrán dejar los religiosos la casa sin licencia del Vicario, sólo se permitirá su ausencia para ir a predicar.
  • No será menester que resida en el hospital de Párraces mujer alguna, por estar próximo a la casa monasterio, y tendrán cuidado de que el servicio que las mujeres solían hacer lo haga un lego u otra persona

Posteriormente se añaden otras nueve, que hacen referencia a:
  • El procurador, si tiene necesidad de salir por algún día fuera de la Abadía, debe dejar la llave de la panera a algún religioso; y si se tuviese que sacar trigo para venderlo en su ausencia, deberán hacerlo ante un escribano. También el procurador deberá pedir permiso al Vicario para ausentarse. El dinero que aquél cobrase deberá guardarlo convenientemente en el arca de la comunidad y dentro de esta, otra arca de la que sólo él tendrá la llave, y cuando sacase o metiera dinero lo haga delante del Vicario o del Arquero. No podrá el Procurador tampoco recibir nada de los seglares, así podrá actuar con mayor rectitud y libertad de su oficio.

Monasterio de El Escorial.

Estas disposiciones son del 8 de mayo de 1579, en ellas se introducirán posteriormente más modificaciones en 1596, 1626, 1627 y 1665.
 

 CEDULA DE FELIPE II POR LA QUE MANDA A DIEGO DE PAZ QUE ENTREGUE LOS 28.000 REALES DE LOS FRUTOS Y RENTAS DE LA ABADIA DE PARRACES A JUAN DE PAZ.

 

El Bosque, 1 de agosto de 1566.

(A.G.P., Madrid, S. Lorenzo, Leg. 1.823, fol. 94 vo).

(Al margen). Dinero para el monesterio.

El Rey.

Diego de Paz, a cuyo cargo es la cobrança de los frutos y rentas pertenecientes a la abbadia de Parraces, que esta vaca; yo vos mando que de qualesquier dinero que son a vuestro cargo de lo proçedido de los dichos frutos y rentas deis y entregueis luego a Joan de Paz, nuestro pagador de la fabrica del monesterio de Sant lorenço el real, veinte y ocho mill Reales que montan 952 mil maravedises, para que haga dellos lo que por nos le fuere mandado y dadgelos y entregadgelos y tomad su carta de pago o de quien su poder huuiere con la qual y esta mi çedula mandamos que os sean Reçibidos y pasados en quenta sin otro recaudo alguno, de lo qual tomara la razon Andres de Almaguer, contador de la dicha fabrica; fecha en el bosque de Segouia a primero de agosto de 1566 años. Yo el Rey, Refrendada de Pedro de Hoyo.

Actual capilla: "Cristo de estilo románico" y "Retablo".El retablo es obra de Pedro Berruguete, del gótico al renacimiento. (Mismo autor que el retablo principal de la Catedral de Avila)

Un hecho bastante lamentable fue el ocurrido el 15 de Septiembre de 1604: un gran incendio que destrozó la mayor parte de la casa de Párraces; el escribano Francisco de Zurita intento sacar algunos pergaminos, documentos y expedientes, pero no tuvo éxito. Colmenares recoge este luctuoso suceso indicando que fue debido al descuido de unos criados.

 

 

El archivo sobre el incendio de Párraces en 1604 dice así:


"Ante Blas Cuesta y en presencia del escribano compareció Mª de los Reyes viuda de Francisco de Çurita ( escribano que fue de la Abadía y del lugar de Bercial) y dijo que el miércoles pasado 15 de noviembre de este año de 1604 en un gran incendio de fuego que hubo en la casa y monasterio de Santa Mª de Párraces murió y pasó de esta presente vida el dicho su marido".
    En otra escritura posterior Mª de los Reyes solicita poder vender en almoneda gran parte de sus bienes porque tiene dos hijos y tiene mucha necesidad. Francisco de Çurita murió abrasado al querer salvar el archivo de la Abadía. Esta sufrió mucho a causa del fuego entre otras dependencias se quemó la iglesia.

El final de la Abadía llega con la desamortización. La primera en 1798, a los capellanes de los pueblos de la Abadía les envían una copia de las reales órdenes en las que se les comunica la enajenación de las fincas propias y demás obras pías (hospitales, hospicios, etc.). Se indica que las tierras o propiedades que estén en esa situación serán subastadas ante el Obispo o su Provisor y el escribano mayor de ella. Con estas ventas se busca solucionar el fuerte déficit de la Hacienda.

Las tasaciones se harían por dos peritos: uno eclesiástico, otro por el Comisionado de la caja de la Amortización.

Desde Párraces se comunica que, una vez enterados de dichos reales decretos, cumplan exactamente con lo que se pide y, puesto que el Vicario no puede asistir al nombramiento de peritos y remates, que se han de realizar de todos los bienes raíces correspondientes a Obras Pías, Patronatos, Hospitales, Hospicios, etc. Se hacen responsables los tenientes curas de ese trabajo, siendo castigados si no lo cumplen. Se asociarán con el comisionado, que haya en cada pueblo, nombrado en nombre de su majestad (Carlos IV). Una vez acabados los remates se traerán los originales con las diligencias practicadas para su aprobación. Lo firma el padre Vicario a 5 de febrero de 1799. (Libro de Colecturía de la Iglesia de Cobos 1767).

 

Arcos de los patios interiores.

Con la invasión francesa, Segovia será ocupada por el General Tilly. La legislación anticlerical del nuevo régimen afectará a todos los conventos y monasterios, incluido Párraces, en donde, como en los demás, se hacen unos inventarios de sus bienes, entre ellos ropas de culto, alhajas de oro y plata.

A la vuelta de Fernando VII todo vuelve a su situación anterior, hasta 1820; al comenzar el Trienio Liberal, a mediados de noviembre de este año, llegaron a la Abadía personas encargadas de registrar todas las posesiones del Monasterio, propiedades, censos y otros bienes.

En esos informes leemos que Párraces poseía  23.277 obradas (9.310 hectáreas aproximadamente). Estaban repartidas de la siguiente forma: 690 en Jimenagorda (Bercial), 1.300 en Chavente, 5.200 en Sancheznar, 5.520 en Muñico, 4.800 en Sagrameña, 2.500 en Muñomer, 450 en Bercial, 948 en Hoyuelos, 61 en Etreros, 486 en Sangarcía, 207 en Maello, 70 en Aldeavieja, 514 en Cobos -entre tierra de cereal y viña -, 483 en Muñomer y 42 en Jemenuño. Además de todo esto, numerosas casas en Cobos, Bercial, Muñopedro, Etreros, Sangarcía, etc..

El fin del trienio volvió a paralizar la obra desamortizadora pero supuso el fin de ella. Con motivo de las disposiciones de Julio de 1837, todos los bienes de Párraces fueron declarados y adscritos al crédito público. Se completa esta información en la Página de: Historia- Cobos durante el Siglo XIX.

 

Patio de "Los manzanos"(Barroco de 1590)

"CREYENTES Y GOBERNANTES EN TIEMPOS DE FELIPE II"

(Febrero-2004)

En la página 54 del libro se hace una especial mención a la web de "CobosdeSegovia.com", en la que el autor agradece y manifiesta la gran utilidad que le ha sido para documentar las páginas que dedica a la Abadía de Párraces, que se resumen a continuación.

Alfredo Alvar Ezquerra (Granada, 1960), investigador científico del CSIC y Profesor de Historia Moderna en la Universidad Complutense, ha publicado recientemente el libro que titula: "Creyentes y gobernantes en tiempos de Felipe II: La religiosidad en Madrid", en el que varias de sus páginas están dedicadas a la Abadía de Párraces, a la que Cobos de Segovia estuvo unido durante  siete siglos. Mª Teresa Llorente nos resume estos capítulos bajo el titulo:

¿UNA CORTE SIN CATEDRAL?

En 1561 Felipe II trasladó la Corte desde Toledo a Madrid, ciudad que por aquellos años no tenia catedral, ni tan siquiera una colegiata que la de prestigio. En este año llegó a Madrid el canónigo Blas González, ofreciendo ofreciendo el traslado de la Abadía de Párraces a ciudad. A los regidores del Ayuntamiento les pareció maravilloso y rápidamente se nombraron personas para que informasen al Rey de ello, a la vez proceder a levantar la iglesia y el edificio que albergase a los canónigos.

En febrero de 1562 un par de canónigos se presentaron en Madrid en nombre de sus compañeros, pero no en nombre del Abad, en ese momento era el cardenal de la Cueva, ya que este no estaba de acuerdo con el traslado. Cuando este muere, los canónigos envían una carta con fecha 5 de agosto de 1562 mostrando gran interés en poner en marcha el tema, apoyaban al Ayuntamiento en lo que había hecho y le indicaban que solicitase el Papa permiso.

Felipe II mostró gran interés y encargó al embajador español en Roma que realizara los tramites para el traslado a Madrid la citada Abadía, porque ello redundaría en beneficio de la ciudad y de la Corte que reside en ella. Felipe II se compromete a no regatear en gastos para el edificio y todo aquello que fuera necesario.

El Papa daría un breve para el traslado a cualquier iglesia de Madrid "que después ya se verá a donde se labrará".

El Papa dio el fiat y todo estaba preparado para el traslado, pero fue entonces cuando Felipe II mandó al arcediano de Madrid para que averiguase cuales eran las rentas de Párraces e informado del monte de estas rentas, creyó más ventajoso que en vez del traslado a Madrid se realizase para EL Escorial (1567).

Los de Madrid veían tan próximo el traslado en el otoño de 1562, que al quedar vacante la Cátedra de Gramática del Estudio de la Villa, pensaron en dársela al doctor Vallés que llevaba muchos años impartiendo clases y residía en Párraces. No llegó a ocuparla.

También el 11 de diciembre de 1564 en otra reunión de regidores se dice, que el mejor lugar para el traslado podría ser las proximidades de San salvador, o en las cercanías de la Puerta Cerrada.

Aún en 1565 el Ayuntamiento cree en la llegada de la Abadía y con motivo de la fiesta del Corpus, se precisa construir una custodia y unas andas, pero viendo su elevado coste, deciden que como en Párraces tienen "una riquísima custodia que pesa más de sesenta marcos (no menos de 1.000 Kg. de plata)" para que hacer una nueva en Madrid, con las andas bastaría y así lo hacen y como dice el refrán: "se quedaron compuestos y sin novia", bueno en este caso "sin custodia y con andas".

¡Párraces era mucha abadía para una pequeña villa ...!

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